Salir de un grupo de whatsapp ¿Qué impacto genera?
¿Equivale a decir: Abandonar una atmósfera que ya no soportas? ¿Qué mensaje deja tu huída?
Los demás pueden ofenderse cuando les dices: “ya no quiero andar con ustedes”. Ocurría en el colegio al preferir una compañía en detrimento de otra. Hay un simbolismo hermoso en eso de “Salió del grupo” y se refiere a dejar atrás hábitos, romper cadenas.
Un feo testimonio del cual se aprendió
En el 2016, por iniciativa de un amigo, decidí sumarme al grupo wp de mi promoción de colegio, sin embargo la experiencia no fue tan grata. Se componía de 50 personas y no de todas conservaba un grato recuerdo, aunque había pasado 20 años y el tiempo seguramente sembró modificaciones en cada uno. Las redes sociales, como siempre, sacan a relucir el lado oscuro de cada persona y, en mi caso, no fue la excepción. Recibí, como todos, mucho bullying en el colegio y estos reencuentros cibernéticos se prestaban para que cada uno siguiera el juego de “yo te demuestro que la paso mejor que tú”. Empecé a hacer alarde de mis viajes de trabajo, de mis fiestas y de cualquier elemento que implicara el llamar la atención. Hasta que un día, en señal de ironía, cambiaron el nombre del grupo a “El diario de Jairo”; como consecuencia de mis constantes posts. Volví a sentir el mensaje subliminal de 2 décadas atrás: este no es tu lugar. Me quejaba silenciosamente de los innumerables mensajes al día, la llegada arbitraria de archivos que no eran de mi interés (pornografía, humor cliché, rezos) y los constantes temas de conversación que no construían mucho… “todos hablan al tiempo ¡Basta ya de tanta contaminación virtual”… Ocurrió un choque, como en los viejos tiempos, mis intereses vs los de ellos. Y en ese momento mi objetivo era sólo uno: demostrar que yo ya no era el idiota que ellos conocieron. Un disparo de reafirmación. Cuando opté por abandonar, no sabía con que palabras comunicarlo: “que nadie salga ofendido”, pensé. Y usé la justificación convencional: escasez de datos. Ellos respondieron: “mejora tu plan de telefonía”, respondieron. “También me causa span”, refuté. “Siléncialo”, contraatacaron. “Volveré en fechas especiales”, sentencié y salí. Dos minutos después me volvieron a agregar: “usted no se manda sólo”, se burlaron ante mi ansiedad de abandonar el grupo. Y lo hicieron 3 veces más. “Estás bajo nuestro dominio”.
David se alista para huir
Un gran amigo acaba de decidir que, al fin, dará un gran paso: dejará el alcohol y la farandulería. Y cuando lo anunció en el grupo de wp de sus “amigos de toda la vida”, estos lo atacaron diciendo que eso mismo había dicho anteriormente y no podía cortar el ciclo. David prometió a los organizadores de un retiro espiritual que pretendía dejar atrás todo aquello que no lo dejaba prosperar. Entendió que las amistades, que te anclan a los hábitos clásicos, son un peso en el equipaje que no permite avanzar. Y prometió abandonar el grupo de wp, escapar de ese entorno que no coopera con su evolución. “Sé que va a herir susceptibilidades pero no es nada personal, son medidas estratégicas del alma”.
Silenciarlo es una forma subliminal de salir
Es natural escuchar “yo estoy en el grupo pero casi no lo veo, lo tengo silenciado. De vez en cuando repaso de rapidez qué hay de llamativo”. ¿Por qué no se salen? “Para que no vayan a pensar que…” “ que no vayan a decir qué”, parecido a cuando una persona no sale de un magnetismo que lo conecta a un confort incómodo. O, sin ser malpensado, porque desea estar actualizado de los acontecimientos que atañen al entorno.
¿Otros motivos por los cuales salen? La alta probabilidad de malentendidos ante la distancia entre una respuesta y otra, desatando discusiones, predisposición de algún miembro frente a otro o por un tema específico, pérdida del foco (se tergiversa la idea por la que fue creado), entre otros.
Es mejor salir sin avisar
Así como cuando aceptaste abandonar del infierno silenciosamente, de un grupo de wp conviene escapar sin hacer mucho ruido. No vaya a ser que el director sea tan astuto como para persuadirte a permanecer. El director del infierno es capaz de colocar cualquier condición a tu favor, con tal de no dejarlos sin un miembro más. Te hacen sentir como si ese entorno no pudiera resistir tu ausencia. Y con el sentimiento de culpa te mantienen adherido.
No ensuciar es mejor que limpiar. Por eso analiza bien en qué camisa de once varas te puedes meter cuando aceptas entrar en un grupo de wp, calibra la conducta de los integrantes y garantiza que la decisión no vaya a carcomer tu paz interior. Al igual que un grupo humano: la prudencia y el respeto de los que lo conforman es vital para alentar a entrar y a permanecer.
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