Salir del infierno y entrar al Cielo
El infierno teórico es el lugar en llamas en donde se incineran los pecadores. El infierno de la vida real son esas condiciones que no te agradan: una familia con la que discutes frecuentemente, un trabajo desagradable, un tráfico insoportable, una enfermedad, en fin; cualquier variable que te haga sufrir. El Cielo, como contraparte, es aquello que te genera felicidad y del que nunca quisieras salir: unas vacaciones paradisiacas, una pareja que no reprocha, dedicarte a un oficio en el que te paguen por hacer lo que amas, un sustento que te permita pagar las obligaciones y que te sobre para ciertos gustos, entre otros. Hay 4 pasos para salir del infierno y entrar al Cielo.
1. Tener la voluntad de salir del infierno: convencerte que ese ya no es tu lugar.
2. Desarrollar las habilidades para escapar de esa prisión: convencer a los carceleros que ese ya no es tu lugar y que eres útil en el otro lado. Así te rebajarán la pena o te concederán un indulto.
3. Desarrollar las habilidades para ser aceptado en el Cielo: convencerte a ti mismo y los funcionarios celestes de lo útil que vas a ser en el cielo. ¿Nos vas a aportar mucho? ¿por ejemplo, qué?
4. Nacionalizarte en el Cielo: una vez ya estés dentro, vas a perseverar lo suficiente para que no tengas que regresar a la zona roja de donde saliste y en la que no soportabas estar más. Quizás termines siendo un ciudadano de honor celeste y te den las llaves de la ciudad.
Entre el paso 2 y 3 hay un trayecto de transición. Después de haber rebasado la muralla del infierno y empezar a trepar la del cielo, puede pasar el tiempo para recorrer el paso de un punto al otro. No sabes de cuántos kilómetros es esa distancia, ni que personajes aparecerán en el camino persuadiéndote para tomes equis o ye camino. Esto representa el período en el que reflexionas y meditas como será la puesta en acción de lo que viene.
El Infierno y el cielo pueden estar el uno frente al otro, quizás sea sólo una calle la que los separe o un par de muros no tan altos. como se cree. De ti depende tomar la decisión de saltar de un punto al otro para cambiar tu historia: La historia.
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