¿Qué espera el 2019 de ti?


Estás a pocos días de entrar en un nuevo territorio con exigencias renovadas
¿El 2019 te pide visa para ingresar allí? ¿llevas la vacuna de fiebre amarilla para que el inspector del “año nuevo” te deje pasar?

Como cuando entras a un país exigente: te evalúan por lo que llevas y por lo que no llevas
Conviene despojarte de todo aquello que implique riesgo para los otros viajeros: explosivos, sustancias prohibidas. Y apoderarte de lo que te hace un viajero liviano: una maleta aerodinámica, sólo cargar con lo indispensable y una sonrisa a flor de piel para contagiar empatía a todo el que se atraviesa.
Puede que te embargue la incertidumbre cuando vas a cruzar la línea: como un inmigrante cronológico, un gitano experimental. 

En el scanner te hacen sacar los elementos que llevas contigo, el vigilante te dice: “con la procrastinación el 2019 no te dará una grata bienvenida”. “Pero si ya saqué la mayor parte. Cuando crucé del 2017 al 2018 mi equipaje contenía un alto nivel de ella y en 12 meses la reduje en un 80%”. “Si pero de todos modos ten mucho cuidado. Puede arruinar tus sueños”. 

Los objetos prohibidos y las emociones nocivas se alojan en la misma canasta del decomiso. Aerosoles, shampoos, enojo, intolerancia, corta-uñas, tanques de oxígeno, predisposición, radicalismos comparten espacio y no se llevan tan mal porque guardan muchas cosas en común.

Diciembre es un mes de balance para muchos, por eso realicé una encuesta en la que pregunté ¿qué sacarías de tu equipaje emocional de cara a 2019? 
Literalmente recibí estas respuestas: procrastinación (3), auto-saboteo (2), juicio cotidiano (clasificar a los demás y auto-clasificarse), inseguridad, sensación de estar siendo engañado, lentitud al actuar, culpa, rencor (2), timidez, flojera, rigidez, incapacidad de sorprenderse y sorprender, dolor, la esperadera, preocupaciones, perfeccionismo, miedo a fracasar, relaciones tóxicas, dudas, auto-flagelación, lo que parece liviano pero en realidad pesa mucho.

De todo ese paquete de cosas que la gente planea sacar de su vida, hay variables que se relacionan unas con otras, aunque hayan usado palabras diferentes al contestar. La lentitud al actuar, la espera extrema y la duda son de la misma familia y estas, a su vez, están íntimamente conectadas con la procrastinación (la que mayor puntaje literal sacó). El perfeccionismo te hace sentir que nunca estás listo para actuar y siempre “te van a dar las doce”, el miedo a fracasar también contribuye a la falta de acción. Las relaciones tóxicas son la plaga que impide el crecimiento de tu prosperidad. Y culpa es la alarma ensordecedora cuando pasan los años y no te decides a halar el gatillo del amor propio. ¿Qué tal una vida exenta de auto-flagelación? 

Por un 2019 sin procrastinación

No seguir postergando el cumplimiento de lo que te hace feliz. Tu mente merece estar en modo “Alicia en el país de las Maravillas” y activa esa función al momento de dar la vuelta a la manzana, con la maleta para emprender el viaje al nuevo año, para que el 2019 se entere que algo grandioso harás con él. ¡Que el amor propio sea el combustible inagotable!

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